Cuatro gatos

Aprovechando que ayer, día 8 de Agosto, fue uno de sus días internacionales (El gato es el único animal que celebra su día Internacional tres veces al año -20 de febrero, 8 de agosto y 29 de octubre-), intentamos saldar hoy la cuenta que dejamos pendiente con nuestra imprevista y no buscada ausencia en el pasado pleno del día 17 de Julio, en que se trató la propuesta del Ayuntamiento para su gestión en Alcocer.

“Considerado desde la antigüedad el gato como símbolo de protección y buena fortuna, actualmente es una de las mascotas más populares del mundo y en los hogares españoles tienen un lugar significativo”. No solo en los hogares, también es un habitual de los barrios y las calles.

Pero lamentablemente, son frecuentes los enfrentamientos entre los amantes de estos felinos callejeros, que los alimentan en base a su empatía hacia ellos, con otras personas que usualmente piensan de modo simplista que, con no alimentarlos, el problema queda resuelto.

Los gatos callejeros tienen, como todo en esta vida, sus pros y sus contras. A favor está el control que ejercen sobre la población de roedores. En contra, que pueden transmitir enfermedades y que su exceso ha llevado en algunos lugares, como en ciertas islas, a la extinción de pequeñas especies de vertebrados. Lo cierto es que la especie humana siempre ha sentido en general cierta fascinación hacia estos animales, quizá por ser perfectas máquinas de cazar, quizá porque sus ronroneos y arrumacos nos sacan un poco del estrés y nos alegran la vida. 

Pero volvamos a Alcocer. El año pasado nuestro alcalde a la sazón publicó un bando el 31 de Agosto de 2023, que reproducimos.

Nosotros en nuestro grupo municipal, compartiendo la preocupación, discrepamos radicalmente de la solución que entonces se propuso: no darles de comer. Eso es lo mismo que matarlos de hambre, esto es, oírlos maullar durante semanas hasta su fallecimiento. Ya hemos señalado en otras ocasiones la ausencia de empatía de este alcalde.  

En el pasado pleno sin embargo, nos sorprendió positivamente el equipo de gobierno presentando una estrategia diametralmente opuesta a la que él mismo propugnaba menos de un año antes: el control de colonias mediante el método ético de captura, esterilización y retorno. (C.E.R.). Como no estamos acostumbrados a “métodos éticos” por su parte,  buscamos el gato encerrado.

Conste que, para nosotros, esta nueva opción ética es la correcta. Se ha probado en numerosos lugares y la población se mantiene sana y estable donde se ha aplicado. Algunos de nosotros incluso lo hemos visto de primera mano. Las personas que desconfíen pueden estar tranquilas, no se trata de montar un zoológico al aire libre, sino de controlar la población, manteniéndola en cifras limitadas, pero evitando el “sufrimiento animal”. Habrá quien piense que se trata de un trabajo enorme para tratar el problema, e incluso propondrían otras soluciones drásticas. Les diríamos a estas personas que no van a ser ellos los que hagan el esfuerzo, sino unos voluntarios que sienten que los animales merecen respeto, y que su labor no va a suponer problema alguno para nadie, pues el resultado va a ser el mismo que queremos todos: el control de la población.  

Pero mucho nos tememos que hemos llegado con este aviso demasiado tarde. En su informe, el Ayuntamiento informa de un censo de 120 gatos en Alcocer y hemos constatado que, difícilmente, la población actual llega a los 40. Mucho nos tememos que los amantes de la solución final, el holocausto gatuno, hayan hecho de las suyas. Preguntados los vecinos, nos confirman lo dicho. Los gatos han desaparecido por decenas. Grabados en vídeo los lugares donde se solían reunir en mayor número (Altozano, Mercado Viejo, Rute, Plaza Mayor, Jubilados, Glorieta), apenas hemos contado unos 10 ejemplares, todos jóvenes. Quizá la hora (8 AM) no fuera la mejor, pero son demasiado pocos. Multipliquemos por cuatro esa cifra y nos dan los 40 que hemos estimado antes.

A fecha de hoy, tres semanas después del pleno, no tenemos noticias de la puesta en marcha del programa C.E.R., al parecer no se ha informado a los voluntarios de nada hasta la fecha: admisión de su solicitud, tareas, calendario, etc.

Por nuestra parte, como Grupo Municipal opinamos lo siguiente:

1) Celebramos la rectificación. Los tiempos de estampar camadas contra una piedra o arrojarlos en sacos al pantano quedan ya muy lejos, como otras viejas costumbres, afortunadamente… y lo que nos queda.

2) Creemos que la incoherencia entre la solución de 2023 y la de 2024 ha sido mal recibida por la población: si antes era aceptable matarlos (de hambre), muchos pueden haber pensado que también lo era matarlos ahora.

3) Creemos que ha faltado informar a la población con tiempo sobre cómo funciona este método y de sus resultados en otros lugares, sobre todo para tranquilizar a los amantes del tiro en la nuca gatuno, y para que no hubiera nervios al ver a los operarios instalar los comederos. 

4) También hay que informar a la población de que habrá encargados y que sólo ellos pueden y deben alimentar, capturar y controlar.

5) Si se está ejecutando a los animales, procede un bando de advertencia y una denuncia por parte del Ayuntamiento al Seprona, si es posible, facilitando ejemplares fallecidos para su análisis. Ninguna de las dos cosas ha sucedido. Sobre la segunda podríamos estar equivocados, claro, pero mucho nos tememos que, efectivamente, ha sido así.

Por desgracia y quizá por llegar tarde y por esa mala gestión, el proyecto de las colonias felinas ha quedado reducido finalmente al proyecto de los cuatro gatos. Esperamos que eso no detenga su progreso, reiteramos que el método propuesto creemos que es el adecuado.