La oposición, el respeto y la ley
La oposición
El grupo municipal de Izquierda Unida de Alcocer, como es conocido, mantiene en el ayuntamiento un concejal durante esta legislatura. Es necesario, al parecer, explicar lo que esto significa. El concejal electo Manuel del Saz Nieto no se representa a sí mismo sino a sus votantes, personas con nombre y apellidos que están empadronadas sin trampa ni cartón y residen efectivamente en esta villa y habla en función del interés general no solo de sus votantes, sino también de la población. Su puesto está en la oposición y también parece oportuno subrayar qué es y a qué debe dedicar una oposición sus esfuerzos. La misión principal de la oposición es el CONTROL de la acción del grupo que gobierna. Dice la RAE que oposición es el "Conjunto de grupos o partidos que en un país se oponen a la política del Gobierno o al poder establecido". Si “se oponen”, no puede pretender el Sr. Alcalde lo contrario. Tampoco lo necesita, pues palmeros le sobran. La acción de control exige rendición de cuentas y estas deben facilitarse a la oposición para poder ejercer su derecho. Sucede que, en no pocas ocasiones, se ponen todo tipo de trabas para suministrar esta información y que, el mero hecho de pedirlas es ya, en palabras de nuestro alcalde, poco menos que un intento de bloqueo del funcionamiento de la administración. Pareciera a nuestro alcalde que, el obligado ejercicio de la fiscalización, fuera para él un acto acusatorio y pura deslealtad y boicot. Por extensión esto perjudica a toda la localidad, pues es de interés general e imprescindible en democracia que la labor del gobierno sea controlada. Son cuestiones básicas y elementales en el funcionamiento de nuestras instituciones que resulta incómodo tener que recordar.
El respeto
Nuestro concejal se esfuerza por moderar el tono en los plenos y así puede comprobarse en todos los que se han grabado y publicado por este grupo, sin embargo, nuestro alcalde no escatima en gesticulaciones, descalificaciones (cuando no calumnias y juicios de valor), elevaciones de tono y extensas e interminables diatribas sobre sí mismo y la, en su opinión, fantástica labor desarrollada. Debe saber el señor alcalde que los improperios y desconsideraciones a un representante electo se los hace a todos los votantes a quienes representa. Exigimos respeto y cuidar las formas, el Pleno es un lugar y un momento solemne e institucional y no una tertulia cualquiera.
La ley
Esta es una localidad pequeña y, en palabras de algunos miembros y allegados del grupo de gobierno, se deben permitir algunas licencias legales que, siempre en su opinión, no son exigibles por esta circunstancia y para “llevarnos bien”. Debe saber el señor alcalde y allegados, que la ley en un estado de derecho garantiza que no se allanen los derechos de terceros. Que sin ley solo tenemos la selva y opera el caos y la discrecionalidad y que abre la puerta a la corrupción y a los abusos, que perjudican mucho más aquello de “llevarnos bien”. Que las plazas y trabajos se asignen siguiendo el procedimiento legal, para garantizar que se otorgan por méritos y no por afinidad o lazos familiares, por ejemplo, es garantía de ecuanimidad y de igualdad de oportunidades y beneficia a todos, porque es de interés general que un trabajo lo desarrolle quien reúne los mejores méritos, el mejor en su puesto. El dinero, al parecer hoy muy abundante, es importante que se invierta cuidando el gasto, mediante concurso y pensando que no es dinero propio, sino de todos. Dónde se invierte también es crucial, Alcocer no es una calle mayor y su vida no se reduce a los días de fiesta. Es verdad que la calle Mayor y las fiestas son lo que más se ve y donde se recaudan más votos, pero no se pueden descuidar la vida de los locales en los días de invierno, los servicios a nuestros mayores y el cuidado de las infraestructuras menos visibles y las calles de sus barriadas y sus caminos y barrancos en el resto del término municipal.
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